Castle WhitelandRelatos Románticos y Fantásticos.
Volumen I
Ana |
Edición en formato digital: mayo de 2011
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PARA MIS TRES AMORES, MIS HIJOS ANA Y RAÚL Y MI MARIDO JUANJO, SIN ELLOS HUBIERA SIDO IMPOSIBLE CREAR ESTAS HISTORIAS.
Era una noche oscura. El carruaje de Mr. Roberts iba desbocado. Llegaba tarde a una cita muy importante. Se jugaba todo el futuro que con tanto esmero había preparado desde hacía más de veinte años.
Sus adversarios no sabían nada de sus planes. Confiaban en su poder.
Él les daría una sorpresa, no podrían ni imaginarse, todo lo que tenía planeado para el futuro de su raza.
-Edward, date prisa, nos queda poco tiempo para la reunión.
Su mejor amigo, ayudante y confidente, fustigaba a los cuatro caballos para que corrieran más. El empedrado de las calles estaba resbaladizo, costaba controlar a las bestias.
-No se preocupe Mr. Roberts. Estaremos a tiempo, más deprisa no podemos ir.
Estaba preocupado por el resultado de la reunión. Sus dos acérrimos contrincantes, ansiaban su liderazgo. Tenía que jugar bien sus cartas y demostrarles que todavía guardaba un as en su manga. Destruiría, sus ansias de poder y dominación de esos dos dementes. Esperaba que no fuera demasiado tarde y pudiera eliminarlos antes que se le adelantasen.
Un fuerte estruendo resonó por toda la calle.
Los caballos se desbocaron y derraparon a la salida de una curva, todo el carruaje volcó.